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3. | En cuanto al crédito al Consumo, aunque representa un 18% de la cartera crediticia (es alto, pero no es el principal rubro), tal vez haya circunstancias que justifiquen un mayor grado de preocupación. Su aumento es significativo (casi tres veces en el período 2006-2009) y por su naturaleza es un crédito sin garantía. Este último dato, que parecería convertirlo en un crédito de muy alto riesgo para la Banca, significa paradójicamente lo contrario. Precisamente por tratarse de un crédito “sin garantía” es muy bajo el grado de riesgo sistémico, pues no está amarrado a la evolución de algún mercado específico, como el inmobiliario. Por otra parte, al reservarse al 100% la cartera vencida, aún en caso de insolvencia (no deseable) la intermediación de la Banca no corre riesgo. Tiene implicaciones, eso sí, en los costos, en la toma de decisiones y en la instrumentación de medidas preventivas. |
En la batalla para controlar el avance de la cartera vencida, se ha promovido el descenso mismo en la cartera de crédito al Consumo, lo que refleja que se han estado tomando medidas y éstas comienzan a dar resultado. Pero también ocurre otra paradoja: al contraer el crédito, la relación de Cartera Vencida (que no se puede detener por decreto) a Cartera Total recibe un impulso adicional que no deriva del empeoramiento, sino del hecho de que el denominador (o Cartera Total) disminuye. Por lo demás, conviene separar los fenómenos a fin de no contaminar la interpretación y las posibles medidas que pudieran surgir de este análisis. Claramente el actual ascenso de la cartera vencida no es producto de la reciente crisis, pues el proceso inicia mucho antes, pero sí tiene que ver con el gradual deterioro de la calidad de los créditos.
Como toda reactivación crediticia, la cartera transitó de los mejores créditos hacia otros de menor calidad y entonces era lógico cierto deterioro, pese a ello cabe señalar que no todos los segmentos al interior del crédito al Consumo están en igual condición (Gráfica 12). Por ejemplo, aunque el crédito en Tarjetas es el mayoritario (62% del total), existen otros segmentos que representan el 38% restante y que tienen índices de morosidad menores al 5%.
Por último, para abonar más a esta calificación de comportamiento diferenciado en la cartera vencida, cabe mencionar un hecho de la mayor importancia: sólo cuatro instituciones tienen un índice de morosidad de dos dígitos en el crédito al Consumo. En descargo de una posible percepción de gravedad para el