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Por supuesto, no podemos dejar de hacer mención del escenario global que en 2009 incidió negativamente en el desarrollo de la actividad financiera de nuestro país. En medio de una de las crisis financieras más profundas de las últimas décadas, en Banco del Bajío superamos nuestras metas, evidenciando una alta capacidad para gestionar eficazmente el riesgo en un entorno adverso.
De los resultados obtenidos en el ejercicio 2009 destacamos:
Privilegiando la prudente gestión del riesgo, el crecimiento de los activos fue de 11.4%; impulsados por el aumento en la cartera de créditos en 11.8%, destacando que en el ejercicio hubo una recomposición de sectores de mayor riesgo hacia otros más seguros; además, continuamos exitosamente con la estrategia de ser un banco que se ha desconcentrado de créditos de gran volumen.
Captación integral 8.1% más alta, destacando que la captación tradicional aumentó 9.7%, en tanto que la no tradicional (mesa de dinero) lo hizo en 7.1%, mejorando con ello el costo total de los depósitos y la estabilidad de los mismos.
Todo lo anterior, de la mano con un estricto control del gasto, contribuyó a un crecimiento de 12.9% en la utilidad de operación, que resultó altamente satisfactorio en un ejercicio en el que las tasas fueron las más bajas en la historia de la operación del banco, y consecuentemente se tradujeron en un menor margen financiero.
42,000 clientes más y depósitos a la vista 27.7% mayores, cumpliendo así el objetivo de diversificar la captación para mejorar el margen financiero, que aumentó 13.7%
Los ingresos que obtuvimos por 4,206 millones de pesos, con un incremento de 16%, marcaron un nuevo récord histórico para nuestra institución, y generaron como efecto positivo un crecimiento importante en la utilidad operativa, que hizo posible tomar decisiones estratégicas como la creación de reservas preventivas por un nivel sin precedente de 1,335 millones de pesos; decisión necesaria para fortalecer y respaldar los activos crediticios ante la perspectiva que en su momento planteaba el entorno; más aún, esta acción es a la vez el puntal sobre el que basaremos nuestra continuidad como una de las instituciones financieras más sanas, a pesar de su efecto inmediato en la utilidad neta.
El resultado del ejercicio y la capitalización neto de los dividendos pagados, contribuyeron a que el índice de capitalización fuera de 15.4%, que es muy superior al mínimo exigido por las autoridades y es símbolo de solidez.
Como en años anteriores, se aprobó el pago de dividendos hasta por 415.3 millones de pesos y con la finalidad de dar oportunidad a la reinversión de los mismos y fortalecer el capital del banco, se implementó un programa de capitalización por 600 millones de pesos, que dio lugar a un incremento neto de 184.8 millones.