Para apoyar la actividad comercial, contamos con analistas y economistas, quienes realizan investigaciones sobre los desarrollos macroeconómicos y de mercado en México y publican investigaciones de títulos de renta variable y renta fija.
Los antecedentes de J.P. Morgan en México se remontan a más de un siglo, cuando J. Pierpont Morgan, el patriarca del banco de inversiones norteamericano que lleva su nombre, comenzó a manifestar un profundo interés en la modernización de México desde el punto de vista de inversión. Ya en 1880, la firma de Pierpont en Nueva York y la firma de su padre, Junius S. Morgan, con sede en Londres, participaban en sindicatos de casas de inversión europeas para la emisión de préstamos y bonos para el gobierno mexicano y muchas empresas privadas nacionales. Desde finales del siglo XIX y hasta la fecha, Morgan ha trabajado activamente y de forma continuada como socio financiero del gobierno mexicano y del sector privado de este país.
1886. A finales del siglo XIX, la Casa de Morgan, la cual desempeñó un papel principal en el financiamiento de la creciente infraestructura industrial de América, también realizó inversiones considerables en los sectores ferroviarios y de servicios públicos de México. En 1886, Pierpont, uno de los primeros inversionistas en la Compañía de Teléfonos de América Central y Sudamérica, fue elegido como miembro de la junta directiva de dicha compañía. Posteriormente, pasó a ser consejero de la Compañía de Teléfonos de México.
1899. La Casa de Morgan marcó un hito en el sector financiero de Estados Unidos al participar en una emisión histórica de bonos para el gobierno mexicano. La emisión conocida como el Préstamo Externo Consolidado de Oro de México, al cinco por ciento, ascendió a un total de 22.7 millones de libras esterlinas. La operación significó la primera ocasión en que una firma norteamericana actuaba como director y figuraba en el prospecto de un préstamo extranjero. Como era costumbre en aquella época, el préstamo se bursatilizó mediante bonos vendidos a través de un sindicato, a inversionistas individuales.
1900-1901. En 1900, Morgan actuó como tomador en firme de un importe de 25,000 libras esterlinas en una venta de obligaciones hipotecarias al cinco por ciento por un valor total de 6 millones de libras esterlinas para la Refinería de Azúcar Tucumán. En 1901, tomó una participación por valor de 150,000 libras esterlinas en el préstamo reajustable de la Compañía Nacional de Ferrocarriles Mexicanos.