paralelas en la Gráfica 15). Después de más de un año de crecimientos superiores a 50% (lo que hubiera anticipado un pronto agotamiento del “boom” de la vivienda), el financiamiento vivió un relanzamiento todavía mayor, llegando a registrar tasas de crecimiento real superiores a 80% a lo largo de 2006. El crecimiento menos acelerado que se observa desde 2007 viene a ser apenas una moderación y está lejos de convertirse en contracción.
3. El crédito al Consumo: un ajuste necesario
Por la circunstancia contable arriba descrita, analizar la información del crédito al Consumo presenta graves dificultades. Por un lado, los datos del crédito al Consumo quedan completos solamente al primer trimestre si utilizamos la información de la CNBV, por el otro, los datos más recientes proporcionados por el Banco de México son mensuales y llegan hasta mayo de 2008. Se trata de un “trade off” entre información completa y oportuna, pues Banxico incluye el financiamiento a través de valores para todas las instituciones, pero a partir de marzo de 2008 excluye la mayoría de los datos de tarjetas de crédito de Banamex y no es una omisión menor. Una solución que suponemos provocará menos desajustes es reportar datos trimestrales (Fuente CNBV) para este tipo de crédito y hacer las aclaraciones pertinentes cuando haya lugar, si nos referimos a datos más recientes.
Dicho esto, observamos que el crédito al Consumo continúa una trayectoria de descenso en su ritmo de expansión y registra una tasa de crecimiento de 16% en marzo, cuando hace sólo un año ésta era de casi 32%. Esta moderación tiene que ver con los límites del mercado local (número de clientes potenciales, expectativas de consumo, criterios más estrictos, etc.). Independientemente de que cada institución adopta decisiones particulares sobre los montos de crédito o costos diferenciados, la Banca como sector comienza a endurecer las medidas prudenciales, una estrategia que, en prevención problemas futuros, luce más que acertada.
Con todo, el prolongado período de crecimiento le permitió a este segmento convertirse en el segundo en importancia, después del financiamiento a Empresas y Personas Físicas con Actividad Empresarial. Así, cuando comenzó su expansión, a finales de 1999, representaba el 6% del financiamiento directo al sector privado, en tanto que para 2008 supera el 25%.