En México la información disponible más reciente nos dice que durante el último año (ll’07-l’08) el PIB creció 3.2%, cifra ciertamente menor que la del año previo (4.1%), pero muy lejos de una contracción. Incluso, específicamente el primer trimestre de 2008 creció ligeramente más que en iguales períodos de 2007 y 2005 (en 2006 se registró un crecimiento excepcional para un período similar), lo que a primera vista parece un síntoma de fortaleza (Gráfica 2).
Al respecto, consideramos pertinente hacer dos observaciones:
1) Por su naturaleza mensual y mayor oportunidad, el Indicador Global de Actividad Económica nos aporta cierto detalle cronológico. Con esa herramienta a la mano, observamos que la cifra correspondiente al bimestre marzo-abril2 de 2008 indica un crecimiento anual ligeramente menor que el de igual período de 2007 (2.6% vs. 2.4%). De momento no se puede concluir si el resultado de este bimestre, el más reciente disponible (comparado con el primer trimestre del año) indica el inicio de una situación más negativa, aunque claramente es un dato menos positivo que el mencionado en el párrafo anterior.
2) Lo realmente preocupante, más que el dato puntual, es el cambio en las expectativas. La mayoría de los analistas económicos y financieros (públicos y privados) han revisado a la baja, en más de una ocasión, sus expectativas de crecimiento para todo 2008. Esto sí puede ser un motivo de preocupación pues, a fin de cuentas, su opinión influye en el ánimo de los planes estratégicos de expansión para diversas empresas o sectores.
Ese cambio de actitud hacia el futuro inmediato coincide con la evolución del Índice de Confianza del Consumidor que elabora el Banco de México. Según ese indicador, los consumidores perciben un futuro económico menos optimista que en 2007. La tendencia del índice ha sido persistentemente a la baja en lo que va de 2008 (Gráfica 3), y si la gente no siente confianza en sus posibilidades futuras de consumo, no estará dispuesta a demandar crédito. Bajo esas condiciones, la expansión bancaria puede verse comprometida.
2 Nos referimos al bimestre en su conjunto y no solamente al mes de abril, porque la Semana Santa se ubicó en meses diferentes en 2007 y 2008. La variación anual calculada individualmente en marzo o abril habría estado fuertemente distorsionada por ese hecho.