La tarea en el último año no ha sido sencilla, y en un entorno que gradualmente se ha deteriorado, adquiere una relevancia especial el carácter anti-cíclico de la contribución de la Banca. Reiteramos, no es un resultado menor el mantener tasas de expansión crediticia de dos dígitos en sus tres principales segmentos (Comercial, Vivienda y Consumo).
El origen de las complicaciones ha sido diverso. Hace un año la amenaza provenía de un complejo contexto político originado por en el apretado resultado de la elección presidencial. En aquel momento lo económico logró aislarse de lo político y pasó la prueba exitosamente. Sin embargo, ahora el ambiente pesimista radica en la esfera financiera, y es innegable el contagio potencial de este ámbito. El problema proviene del exterior, pero los vínculos crecientes de México con la economía norteamericana hacen que el impacto sea inevitable. Es así que revisar este tema sea de la mayor importancia.
Ahora bien, antes de abordar los diversos aspectos del desempeño de la Banca, conviene señalar que este anuario reflejará principalmente lo ocurrido en la segunda mitad de 2007 y el primer semestre de 2008. Por los tiempos con que contamos para realizar esta tarea y el natural rezago en la publicación de información, no dispondremos de datos completos para el primer semestre de 2008. Por ejemplo, los datos institucionales de la Banca (proporcionados por la CNBV) alcanzan en general sólo al primer trimestre, mientras que tendremos información más reciente de carácter económico proporcionada por el Banco Central. Con todo, los datos disponibles deberán ser suficientes para evaluar las principales tendencias del desempeño de la Banca. Lograrlo de la mejor manera es nuestro objetivo.
Economía 2007-2008
El reciente entorno económico está caracterizado por tres rasgos fundamentales: 1) un ambiente de desaceleración y con amenazas de recesión en EUA, 2) la tendencia alcista en los precios internacionales del petróleo y algunos granos básicos, y 3) como consecuencia de ello, la presencia de recurrentes presiones inflacionarias locales. No obstante lo pernicioso e importante de estos factores, internamente se ha logrado atenuar en gran medida su impacto, por lo que el entorno no ha resultado del todo desfavorable para el desempeño de los intermediarios bancarios. Aunque trataremos de exponer brevemente estos aspectos, su importancia nos obliga a tratarlos con cierto grado detalle.
La desaceleración. En relación a este primer rasgo, conviene señalar que la desaceleración de la economía norteamericana ha sido un suceso largamente anunciado en diversos ámbitos, razón por la que el factor sorpresa no ha resultado un ingrediente fundamental. De hecho, aunque con crecimiento prácticamente cero, la recesión como tal (dos trimestres seguidos de caída del PIB) no llegó a presentarse. Sin ser una buena noticia por si misma, ha significado un impacto menos negativo que el anticipado, pese a que todavía no se conocen los efectos en toda su magnitud. El principal problema es que el origen de la desaceleración está ligado al mercado inmobiliario y sus nexos con el sector financiero hacen que su grado de contagio a otras economías sea considerable, especialmente en estos tiempos de amplia globalización de los mercados.