Asociación de Bancos de México
Capítulo I
El período que abarca el presente Anuario (segundo semestre de 2012 y primero de 2013) se ha caracterizado por un entorno con señales ambivalentes. En lo que se refiere al ámbito internacional, se ha presentado una mejoría gradual en la salud financiera de varios países de la Unión Europea, por lo que va quedando atrás el riesgo de contagio y se conforma un ambiente más proclive a la reactivación. Por otra parte, aunque la recuperación de la economía norteamericana no es aún palpable, su condición general luce mejor que hace unos meses, razón por la que podríamos esperar, aunque gradual, la reactivación del motor externo para nuestras exportaciones manufactureras.
Sin embargo, estos dos elementos y su carga positiva inherente se ven un tanto contrarrestados por una palpable desaceleración económica interna. El resultado neto ha significado para la Banca un desempeño más lento en la expansión del Financiamiento y la Captación. Afortunadamente la fortaleza institucional de la Banca ha servido para mantenerla lejos de mayores riesgos. Sólo hacia el segundo trimestre de 2013 vemos un ligero repunte del índice de morosidad, siendo éste el único aspecto que puede revestir cierta preocupación, aunque cabe señalar que se mantiene por debajo del nivel alcanzado al cierre de 2011.
Con todo, la presencia de los servicios financieros sigue en ascenso. La proporción que éstos guardan respecto al PIB total se ha mantenido en aumento a lo largo de los últimos años, ganando casi dos puntos porcentuales en relación a lo alcanzado hace seis años. La gráfica 1 da cuenta de ello1.
1 El cambio en el nivel respecto a lo reportado en el Anuario pasado se debe al cambio de año base del PIB recientemente adoptado por el INEGI (pasó de 2003 a 2008).
Economía 2012-2013
Entre la segunda mitad de 2012 y primer semestre 2013 se experimentó una franca desaceleración económica. Los analistas esperan que se trate de un episodio temporal y hasta de corta duración, pero dicho comportamiento de la actividad económica ha terminado por afectar importantes insumos para la Banca, como son las expectativas para demandar financiamiento y la captación misma.
Las expectativas para el segundo semestre de 2013 lucen más favorables que lo observado en el primer semestre, en buena medida esperada por la normalización del ejercicio del gasto público de la nueva administración, y ello parece corroborarse con el desempeño del empleo (gráfica 2).
Si bien esta variable tan fundamental no es completamente ajena a la desaceleración, sus tasas de variación anual se ubican en alrededor de 4% a lo largo del primer semestre de 2013. Es decir, superan significativamente la trayectoria del IGAE y se separan de ella en los meses más recientes. Ello parece consistente con la idea de una expansión moderada del empleo, muy probablemente en previsión de un menor ritmo de crecimiento económico, pero que no se considera duradero y menos aún se convierte en un escenario de contracción.
En el ámbito de las variables nominales, sobresale una situación de contraste. Por un lado está la mayor volatilidad en la tasa anual de inflación (gráfica 3), lo que ha significado para los últimos 12 meses un aumento de casi un punto porcentual en relación con el nivel observado en 2011 (4.2% vs. 3.4%).
Por otra parte, está la fluctuación del tipo de cambio, que habiéndose mantenido con intensidad, ahora resultó favorable a la estabilidad de precios: una revaluación de 3.6% los últimos 11 meses, comparada con la devaluación de 11% de septiembre de 2011 a agosto de 2012 (gráfica 4). El sistema de flotación muestra de nuevo sus bondades, pues se han tenido períodos alternados de devaluación-revaluación y su impacto en la inflación ha sido moderado.
Este contexto económico no pareció representar una situación especialmente complicada para la operación bancaria. De hecho, hubo temas que refuerzan en perspectiva las posibilidades de ampliar el crédito, como es la iniciativa de Reforma Financiera presentada por el Ejecutivo Federal, si bien todavía no entra en vigor. Por otro lado, pese a la mayor volatilidad en la inflación, el propio debilitamiento de la actividad económica fue propicio para que las tasas de interés tuvieran margen para continuar descendiendo. Después del salto que ocurrió entre 2009 y 2010 (gráfica 5), todo parecía indicar que las tasas de interés permanecerían prácticamente sin cambios, pero ello no ocurrió. El descenso de la tasa de los Cetes es gradual, pero no se ha detenido, lo que resulta una buena señal.
Dicho lo anterior, pasemos a ver precisamente cómo se presentó la operación bancaria en los últimos 12 meses.
Captación: un año sin crecimiento
Después de la contracción experimentada en la captación en 2009, los tres años siguientes fueron de una continuada expansión, si bien ésta se dio a tasas de crecimiento anual cada vez menores. Es así que en los 12 meses más recientes (julio 12 a junio 13) la captación de la banca comercial se mantuvo prácticamente sin cambio (una variación anual real de -0.2%). La gráfica 6 pone de manifiesto este comportamiento y nos permite reflexionar sobre una situación específica: pese al contexto de incertidumbre en algunos sistemas bancarios (y financieros) en diversas economías europeas y a la lenta recuperación de la economía estadounidense, en México esta variable clave para el desempeño de la Banca se mantuvo en crecimiento durante un prolongado período. Sólo detuvo su ritmo de expansión hasta fecha muy reciente y muy probablemente de manera temporal.
En cuanto a su estructura, la captación muestra que el instrumento al que más recurren los ahorradores son los depósitos a la vista o de exigibilidad inmediata.
Representan más de la mitad de la captación, y pese a su ya elevada proporción, ganaron todavía casi un punto porcentual entre junio de 2012 y junio de 2013. En importancia son seguidos de los depósitos a plazo, que alcanzan el 31.6% del total captado. Por otro lado, y casi en el mismo nivel de participación están los bonos bancarios en circulación (6%) y los préstamos interbancarios y de otros organismos (6.3%).
El cuadro siguiente presenta, con cierto detalle, el comportamiento de los diversos instrumentos de captación a lo largo de los últimos cuatro años. Hay un fenómeno que sigue presentándose de manera insistente: el mercado revela una clara preferencia hacia los instrumentos a la vista (una ganancia de 5.4 puntos de 2010 a 2013), en detrimento de los instrumentos a plazo (pérdida de 7.2 puntos). La diferencia entre la pérdida de unos y la ganancia de otros es explicada prácticamente en su totalidad por el avance de los bonos bancarios en circulación (ganan 2.7 puntos).
Cuadro 1: Captación de Recursos por Fuente, al mes de Junio
(Estructura porcentual)
Este comportamiento tiene que ver mucho con la evolución del sistema bancario, de los medios de pago y de la bancarización misma, ya que las modalidades de ahorro con amplia disponibilidad facilitan la movilidad de los recursos y están más acordes con las nuevas condiciones de ahorro-inversión para el público ahorrador. De igual manera, reflejan la creciente presencia de ahorro mediante sociedades de inversión, cuyos montos son poco elevados para el ahorrador individual, pero que deben contar con una cuenta eje para su manejo.
Financiamiento: crece por encima del resto de la economía
Durante el último año (julio 12-junio 13) el financiamiento al sector privado creció 6.1% en términos reales. Con estos 12 meses, se cumplen 35 de continuo crecimiento. Pocas variables han tenido un período semejante de expansión. Hasta mayo de 2012, la variación anual todavía registraba tasas de dos dígitos (gráfica 7). De ahí en adelante, el ritmo de crecimiento del financiamiento tiende a moderarse, pero representa una velocidad de 3.3 veces la de la economía en su conjunto, lo que no es un resultado menor. Por cierto, una proporción así se ha mantenido casi a lo largo de la última década, aunque con cortos episodios donde la relación ha sido más elevada aún.
Cabe señalar que, pese al crecimiento sostenido por tantos meses, y aún de años anteriores, siguen surgiendo diversos cuestionamientos sobre el insuficiente tamaño del crédito y su “escasa” penetración en la economía. El argumento más frecuente hace referencia a la desventajosa relación crédito/PIB en nuestra economía, comparada con el grado de penetración existente en otros países. Ciertamente son varios los casos donde dicha proporción es superior al 100%. Repasemos algunos de los nombres de esos países para saber si eso arroja alguna luz. En orden decreciente: España (206%), Portugal (192%), EUA (191%), China (127%), Italia (122%), Grecia (122%) y Alemania (105%). A excepción de China y Alemania, los demás países enfrentan situaciones financieras complicadas hoy en día, así que, sin más argumento a favor, lo razonable (y deseable) sería que la proporción de crédito a PIB aumentara gradualmente, pero con base en un crecimiento sostenido (no artificial) y que éste tuviera como soporte la salud financiera de las instituciones.
Alcanzar el 100% en la relación crédito/PIB requiere una tasa de expansión real sostenida del crédito a un ritmo de 7%, por 20 años. Esto, sin crecimiento del PIB. Si éste al menos crece 3.5% en promedio por año, entonces la espera es de 40 años.
En México actualmente el crédito representa 26% del PIB. La proporción es baja en relación a los países arriba mencionados, pero cabe recordar dos hechos: 1) en 2005 la proporción era apenas superior a 10%, lo que indica que se ha más que duplicado en menos de 10 años y, 2) cualquier aumento en tal relación debe darse a condición de que se mantengan la calidad de la cartera y que las fuentes de financiamiento sean sostenibles. Dicho lo anterior, cabe preguntarse si la calidad de la cartera se puede mantener con un alza acelerada de crédito o si la capacidad de ahorro en México resulta suficiente para el esfuerzo requerido. Todo ello sin olvidar que el actual modelo de expansión bancaria proviene de una etapa crítica que ha sido superada exitosamente, aunque de manera gradual y sin quitarle mérito a ese modo, ya que vale tener presente la situación por la que han atravesado la mayoría de los países antes mencionados.
Dicho lo anterior, es conveniente analizar el desempeño del financiamiento en sus diferentes segmentos. Así, a mediados de 2013 la mayor proporción del saldo de financiamiento corresponde al de empresas y personas físicas con actividad empresarial con 51.9% del total a junio de 2013, lo que representa una pérdida comparando con junio de 2012 (50.5%). En el mismo plazo, el financiamiento destinado a la vivienda se mantuvo casi sin cambios (18.4% vs. 18.2%). Lo que gana más presencia relativa es el financiamiento al consumo, que pasó de 24% a 25.3% del total. Una visión de mediano plazo da cuenta, sin embargo, de una historia diferente: en los últimos seis años el financiamiento destinado a las empresas y personas físicas con actividad empresarial habría ganado 6.6 puntos (2007 vs. 2013), el canalizado a la vivienda ha ganado 1.6 puntos en el mismo lapso, en tanto que al consumo ha retrocedido 6 puntos (gráfica 8).
Después de este panorama de corto plazo y complementado con una visión a un plazo más largo para darle contexto, es oportuno examinar el detalle de los segmentos más importantes.
Una vez descontada la inflación, el crédito de este segmento ha tenido un crecimiento de 2.5% en el último año. Ciertamente una tasa de expansión menor a la del año anterior (10.2%), pero que se puede entender a la luz de las cifras de crecimiento económico en desaceleración. No obstante, sobresale el comportamiento que tiene el crédito de tipo quirografario (a la firma) que creció 7.3%, mientras que un año antes se mantenía sin cambio. En contraste, el de tipo prendario redujo su ritmo de expansión de 28.5% en 2011-2012 a 5.6% de 2012-2013.
Según la información reportada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al mes de junio de 2013 la cartera de crédito al consumo ganó participación. Creció a una tasa de 11.6% y pese a que lo hizo a un ritmo menor que el del año previo (15.3% de junio 11 a junio 12), su participación en la cartera de crédito aumentó.
Es de destacar el repunte del crédito a través de tarjetas. De haber registrado una contracción de 2.6% entre junio de 2011 y el mismo mes de 2012, pasó a un significativo crecimiento de 7.1% en el año más reciente. Por otro lado, el crédito no revolvente fue el que más creció, con 13.7% y casi duplicando la tasa de crecimiento alcanzada por las tarjetas. En contraste, el crédito automotriz se contrajo 2.2%, cuando un año antes crecía 5.6%.
Estos comportamientos tan diferenciados han implicado algunos cambios en la composición de la cartera. Las tarjetas de crédito y automotriz pierden peso relativo, los créditos personales son los que más ganan y el resto (incluidos los créditos a la nómina, tan dinámicos en años recientes) transcurren el último año sin cambios significativos. La gráfica 9 da cuenta de estos movimientos.
Por último, resalta la contracción del crédito automotriz, ya que por su naturaleza, suele ser un termómetro importante como indicador de confianza de los consumidores (demandantes de crédito). En perspectiva, la disminución del saldo de crédito en este segmento apunta en una dirección preocupante. Sin embargo, en descargo de este comportamiento, cabe aclarar que los seis primeros meses de 2013 aún se encuentran por encima del saldo de crédito alcanzado a lo largo de 2011 (gráfica 10) y al menos en el trimestre más reciente da indicios de nuevos aumentos.
Con la estadística más actualizada disponible de la CNBV (a junio de 2013), el crédito a la vivienda está rebasando los nueve años de crecimiento. El único momento es que estuvo en riesgo esa gran trayectoria fue en noviembre de 2009, cuando el ritmo anual de crecimiento llegó a solamente 0.6%, para después recuperarse rápidamente. En la actualidad, durante el período cubierto por este Anuario –segunda mitad de 2012 y primer semestre de 2013- este mismo segmento presenta una tasa de crecimiento positiva de 6.1%, y con una trayectoria ligeramente descendente, de tal suerte que el dato puntual a junio de 2013 el ritmo de expansión es de 4.8 (gráfica 11).
Dos cosas son relevantes en este dato agregado: 1) se está creciendo, pese al ambiente complicado que están viviendo las principales empresas constructoras de vivienda y, 2) hay una clara recomposición, que suponemos coyuntural, en el ritmo de crecimiento de este segmento de crédito. En los últimos 12 meses el segmento de vivienda media y residencial (componente mayoritario) disminuyó su ritmo de crecimiento anual, al pasar de 6.6% a 4.8% (junio 12 vs. junio 13), mientras que la vivienda de interés social pasó de 7.8% a 8.8% en el mismo periodo.
Cartera vencida
El saldo real de la cartera vencida es el más alto desde mediados de 2009. Hace cuatro años (junio 09) se alcanzó un nivel cercano a los 69 mil millones de pesos (el máximo relativo de ese momento) y actualmente el dato a junio de 2013 rebasó los 75 mil millones de pesos (un nuevo récord, ambas cifras expresadas a precios de 2013). El índice de cartera vencida (o índice de morosidad: IMOR) es más elevado en 2013 (2.72% a junio 2013) de lo que fue un año antes (2.27%).
El nivel real de la cartera vencida está muy lejano al registrado, por ejemplo, en 2001, cuando la situación se tornó verdaderamente compleja y hasta se hizo una reclasificación de la cartera vencida para darle un mejor tratamiento (gráfica 12).
En segundo lugar, la situación relevante es el comportamiento del saldo vencido en relación al monto de la cartera total. En este sentido, el IMOR, que precisamente nos da esa medida, nos dice que su nivel actual no es una situación grave, pues sigue incluso por debajo de lo registrado en 2009 y la tendencia no es al alza, sino que marca una suave tendencia a mantenerse por debajo de ese nivel, como puede verse en la gráfica 13.
En todo caso, es de prestar atención al indicador que pasó de 2.37% en marzo a 2.72% en junio. Un cambio de 35 centésimas en tan sólo un trimestre. Una velocidad similar solamente se había visto entre agosto y octubre de 2011 (un cambio de 37 centésimas en un bimestre). No obstante, en aquel momento se trató de un episodio pasajero, ya que el IMOR retornó a sus niveles previos a partir de diciembre de ese año.
En razón de su peso relativo (45% de la cartera total), la trayectoria de la cartera vencida se encuentra muy asociada al comportamiento del IMOR de las empresas, aunque en ciertas coyunturas hay otros componentes que llegan a influir de manera importante en el índice global. Por ejemplo, en 2010 hubo una corrección de la cartera vencida a la baja en tarjetas de crédito y vivienda, lo que favoreció la disminución del IMOR total. En otro momento, el ligero repunte que se observó entre noviembre 10 y noviembre 11 fue impulsado por los créditos personales.
Actualmente, sobre todo los últimos 6 u 8 meses, la morosidad en los créditos personales parece significar un factor con influencia creciente (su IMOR es el triple que el global), pese a representar sólo 4% de la cartera. En el trimestre más reciente la morosidad empresarial presiona sobre el movimiento del IMOR global, ya que los otros tres segmentos relevantes (tarjetas, vivienda y créditos personales) tuvieron alza en mayo, pero en junio volvieron a mostrar bajas, mientras que la morosidad de las empresas se mantuvo alta. La gráfica 14 permite ver el detalle de esos movimientos.
Afortunadamente otros segmentos del crédito contribuyen positivamente para mantener bajo el IMOR. Sobresalen en esta condición los casos del crédito a entidades financieras, entidades gubernamentales o el crédito no revolvente en el consumo (especialmente el automotriz), ya que aportan muy poca cartera vencida, pero sus niveles de cartera vigente apoyan un cálculo del IMOR2 muy por debajo del promedio.
2 Hay que recordar que en este indicador se mide la proporción (cartera vencida) / (cartera total), así que incluye vigente más vencida y si un segmento de crédito tiene baja morosidad y elevada cartera, se favorece mucho la posibilidad de alcanzar un IMOR global más bajo.
La Salud Financiera
a) Capitalización: por encima de la norma
Como puede constatarse en la gráfica siguiente, la capitalización de la Banca en México proporciona suficientes motivos para ser optimistas sobre la solidez del sistema, el cual se ubica claramente por encima de los requerimientos mínimos internacionales (10.5% para el índice de capital, según el acuerdo de Comité de Basilea lll, marcado por la línea roja).
Según el dato más reciente –junio 2013- el índice de capitalización de la Banca se ubica en 16.2%. Por lo pronto un nivel mayor que el vigente un año antes (15.9%). Si se incluyen los riesgos totales, y no solamente el riesgo de crédito, el nivel se ubica en 14.4%, nivel también mayor al correspondiente un año antes (14.2%). Cabe señalar que cuando se incluye un mayor nivel de detalle en la medición del capital, precisamente lo referido a los criterios de Basilea lll, la situación es muy favorable para las instituciones (Ver cuadro 2).
Cuadro 2: Índices de Capitalización de la Banca, 2013
En concreto, los datos comparativos indican un buen nivel para las instituciones, de tal suerte que el sistema de alertas tempranas desarrollado por la CNBV con base en esos criterios califica a todos los bancos en México por encima de los citados requerimientos de capital en sus modalidades Básico y Básico 1. Por lo anterior, de acuerdo a la Ley de Instituciones de Crédito, al 30 de junio todos los bancos cumplen los límites mínimos requeridos, así que son calificados en el mejor nivel del sistema de alertas tempranas (el nivel l).
b) Reservas
Como complemento a la solidez que proporciona al sistema el nivel de capitalización, se cuenta con el nivel de reservas preventivas. Éstas sirven para respaldar la operación crediticia si cae en situación de vencimiento. Su función es proporcionar un margen amplio para manejar incluso situaciones de pérdida completa de la cartera vencida, eventos desde luego no deseables, pero posibles en condiciones críticas.
En conjunto, la Banca tiene actualmente reservas constituidas por el 166% de la cartera vencida, un excelente nivel del índice de cobertura (ICOR, gráfica 16) para protección a la pérdida crediticia. Al respecto, caben dos observaciones: 1) el actual nivel del ICOR cumple una década ininterrumpida por encima del 100% y, 2) es notable ver que el nivel actual (junio 2013), cuando las condiciones financieras internacionales ya comienzan a mejorar, es aún mayor que en 2009 (149%), cuando la crisis financiera internacional en Europa estaba en pleno ascenso.
Una cobertura global que luce más que suficiente, pero a la que debemos seguir la pista por segmento de mercado:
La naturaleza más riesgosa de un segmento se corresponde generalmente con una mayor constitución de reservas preventivas y viceversa. Por lo tanto, las diferencias que presentan los niveles del ICOR deben reflejar esta circunstancia, como puede resumirse visualmente en la gráfica 17.
Actualmente un nivel preocupante de cartera vencida (la razón de ser de las reservas), éste podría presentarse próximamente. Para estar preparada, la Banca constituye reservas preventivas por el 3,856%. La cifra del ICOR luce impresionante a primera vista, pero en realidad no lo es tanto. Veamos.
En lo que respecta al financiamiento a estados y municipios, el índice de cartera vencida para entidades de gobierno es de 0.04% y las reservas la cubren sobradamente, pero por su naturaleza, los créditos de gobierno suelen tener un trato diferenciado y no es frecuente ver grandes niveles de cartera vencida. No obstante, la Banca debe tomar medidas preventivas. Si lo vemos con esta perspectiva, y las entidades de gobierno tuvieran un índice de cartera vencida similar al del mercado (2.72%), con las reservas que ya tienen constituidas para ese objeto, alcanzarían un ICOR de 58%, por cierto, nivel no lejano al que se observa en el mercado hipotecario.
El Mercado
En este apartado reportaremos los principalmente cambios en la estructura de mercado, la infraestructura, algunos datos sobre las tasas de interés por los diferentes segmentos y por último, las líneas generales de la Reforma Financiera propuesta, ya que aún no es oficial su entrada en vigencia y no es medible su impacto sobre la actividad bancaria.
El sistema bancario modifica su oferta de instituciones (gráfica 18). Hasta el tercer trimestre de 2012 se había conservado en 42 instituciones (había crecido a ese número en octubre 11 al integrarse Banco Base al sistema), pero en el informe de capitalización al cierre del año subió a 43 por la combinación del ingreso de Agrofinanzas y Consubanco, así como la salida de Banco Fácil.
Para el primer trimestre de 2013, la oferta crecería aún más para llegar a 44 instituciones con la llegada de Banco Forjadores, pero al segundo trimestre se acortaría de nuevo a 43, menor en número pero no en oferta, ya que si bien el número absoluto se redujo, ello fue resultado de procesos de creación de un banco más y la fusión de otras instituciones. De hecho, con todo y la reducción de 44 a 43 bancos, los activos del sistema se elevaron en 2.32% en ese momento.
Como resultado de la creación y fusión de instituciones, hubo cambios en la participación de mercado en el período comprendido en este Anuario. La posición de los cinco primeros bancos (medidos por sus activos) no sufrió alteraciones y la concentración de activos se modificó sólo marginalmente entre junio de 2012 y el mismo mes de 2013 (pasó de 71.79% a 71.69%).
El grupo de las 10 instituciones que ocupan del 6° al 15° lugar, cambió su participación de mercado de 20.31% en junio de 2012 a 20.71% en junio de 2013.
En cuanto al detalle de las nuevas autorizaciones, la CNBV hizo los siguientes anuncios para el período reportado en el presente Anuario:
En este punto es importante recordar que el inicio de las operaciones varía en función de cada institución, así que la información sobre sus primeras actividades, o su participación de mercado son variables.
Indudablemente en el proceso de bancarización confluyen diversos tipos de esfuerzos. Por parte de la autoridad tenemos políticas públicas, objetivos de desarrollo y otros. Para el negocio de la Banca se trata de un objetivo fundamental: ampliar el mercado, y ello depende básicamente de la infraestructura material y humana con que cuenten y puedan aplicar.
Cuando las tareas coinciden o pueden alinearse lo más probable es que los objetivos se cumplan. Por parte de la Banca hay algunos de estos aspectos claramente medibles:
Materiales y tecnológicos. En este grupo los principales avances provienen del número de plásticos asociados a cuentas de débito, con 18.5% de incremento el último año, seguramente ligados a las cuentas de nómina y a la creciente preferencia del público sobre las cuentas de depósitos a la vista. El avance de los medios de pago está en el centro de este cambio tan significativo. El siguiente elemento son las tarjetas de crédito (7.38%) y las propias terminales puntos de venta, lo que resulta lógico, pues se trata de infraestructuras complementarias al uso de medios de pago electrónicos. El detalle del avance en los otros elementos puede verse en el Cuadro 3.
Cuadro 3: Infraestructura Bancaria
Incorporación de equipo humano. No se trata de personal directamente empleado en los bancos, sino de comisionistas (corresponsales bancarios). Aquel personal que colabora en labores bancarias externas y que aprovechan la propia infraestructura de sus negocios para complementarse de manera mutuamente conveniente con la Banca. Ponen a disposición de su clientela los servicios básicos de pago de créditos, depósitos, retiros y pago de servicios y sirven como punto de enlace para ampliar el alcance de los bancos y abaratar el costo de las transacciones y el traslado de fondos financieros (gráfica 19).
Algunos datos ilustran la importancia creciente de este grupo de colaboradores del sistema Bancario. De enero a abril de 2013, las transacciones realizadas pasaron de 7.4 a 8.6 millones de operaciones (6.4 millones en 2010), cuyos montos avanzaron de 10.5 a 12 millones de pesos (4.5 millones en 2010). Esto significó la atención de 5.8 a 6.6 millones de clientes (3.7 millones en 2010). Todo esto en apoyo de 15 instituciones que operan bajo este esquema.
Las diferencias entre las tasas de interés aplicadas a cada segmento de la cartera de crédito suelen reflejar la naturaleza de riesgo de los mismos. A más calidad o garantía, generalmente corresponde un menor nivel de las mismas y viceversa (salvo coyunturas especiales). En el cuadro 4 se muestran los niveles observados por esas tasas3 para el período enero-junio de los últimos tres años. De su comportamiento se pueden desprender diversas observaciones.
Cuadro 4: Tasas de Interés Implícitas
(De 12 meses, a junio de 2011, 2012 y 2013)
3 Se refieren a la proporción que representan los intereses pagados por el saldo de la cartera respectiva. Por lo tanto, no corresponden a una tasa contractual específica, sino al promedio de miles de contratos crediticios, con todas las variantes de tasas y plazos que ello puede implicar.
La tasa agregada nos refleja una tendencia ligeramente al alza, sobre todo entre 2011 y 2012, porque hacia 2013, aunque se incrementa, se observa más estable (gráfica 20). La tasa aplicada a los créditos empresariales se reduce gradualmente, siendo ésta una de las mejores noticias financieras para la economía en su conjunto, lo que se corresponde con el movimiento que observamos en la tasa de los Cetes comentada al inicio de este Anuario.
Las tasas aplicadas a los créditos al consumo van al alza, seguramente en respuesta a su mayor nivel de cartera vencida (más riesgo, más tasa) y a que su demanda responde a una lógica más compleja que la de la liquidez en el mercado. Sin embargo, mientras las tasas correspondientes a las tarjetas de crédito se encaminan hacia la baja, la de los créditos no revolventes (por ejemplo, los personales que tienen mayor cartera vencida) van al alza.
Por último, y paradójicamente, en un escenario de tasas cada vez más competidas y generalmente a la baja, se observa que los niveles implícitos en el mercado hipotecario van ligeramente al alza, lo que seguramente tiene que ver con la incorporación de más créditos de interés social (con más riesgo que los de la vivienda media y residencial), aunque la tendencia general sigue siendo de tasas de interés a la baja en este mercado. Este movimiento coyuntural, como señalábamos anteriormente, seguramente depende de los esquemas particulares de financiamiento.
En el período que abarca el presente Anuario, la regulación adicional a la operación bancaria es menor. El gran tema lo constituye la iniciativa de Reforma Financiera presentada por el Ejecutivo Federal para modificar las condiciones de funcionamiento del sistema, no sólo bancario, sino financiero en general.
A reserva de referirla en detalle seguramente para el Anuario del año entrante, podemos señalar que como propósito general tiene la expansión más dinámica del crédito, lo que deberá traducirse en una mayor penetración del crédito como proporción del PIB. Entre otros aspectos, tocará los necesarios arreglos o la eliminación de las trabas que suelen frenar el proceso de expansión crediticia.
En materia de competencia se conocerá el diagnóstico emitido por la nueva Comisión Federal de Competencia, con los detalles del mismo y las recomendaciones que de él deriven.
La iniciativa contiene elementos que favorecerán la portabilidad de las cuentas y la limitación a las ventas atadas. Es de esperar que se mejoren los procedimientos para manejar eficientemente una quiebra o una liquidación bancaria y los plazos disminuyan como parte de ese proceso.
También se esperan mejoras en el ámbito de la fijación oportuna y difusión de las sanciones. La claridad en las definiciones sobre cualquier conducta inapropiada por parte de los agentes económicos deberá propiciar un mejor ambiente para el sistema financiero.
En el período que abarca el presente anuario, el entorno macroeconómico (interno y externo) mostró un gradual deterioro, lo que se puso de manifiesto en tasas de crecimiento muy modestas y aún negativas para diversos sectores internos, así como el debilitamiento del sector exportador. Precisamente por verse inmersa en ese contexto, reviste un gran mérito que la Banca haya tenido un desempeño francamente positivo y lograra que la canalización de recursos al financiamiento registrara un dinamismo significativo. De hecho, varias veces mayor al del resto de la economía.
Apoyándose en su excelente capitalización, que excede en 50% los requerimientos de ley y con un nivel de reservas que cubren más del 100% de la cartera vencida, la Banca operó como un verdadero factor de impulso a la actividad económica. Al expandir en alrededor de 5% el financiamiento en términos reales, logró frenar la tendencia descendente que se observaba en diversos sectores. Impulsó en 2.5% al sector empresarial y más aún el crédito a la vivienda y al consumo. Así, la Banca ayudó a acortar el período de desaceleración y sin duda contribuirá igualmente para reactivar el crecimiento del país.
En lo que viene, la Banca está más que preparada para asumir el papel como dinamizador del crecimiento. Una vez que en el entorno se reviertan las actuales condiciones y se comience a sentir el efecto de las reformas estructurales aprobadas en el Congreso. Es previsible que al retomarse más decididamente la senda del crecimiento la Banca estará en plenas condiciones para apoyar el proceso.
Más allá de lo que muestran las cifras propias de la Banca, la opinión de los usuarios revela que, efectivamente, las condiciones de acceso al crédito o el costo del mismo no fueron una limitante para obtener financiamiento, según se muestra en la encuesta de Banco de México sobre la coyuntura del mercado crediticio.
Pero lo financiero no es lo único sobresaliente. En su ámbito de competencia, la Banca ha contribuido también al proceso de formalización de la economía, al continuar modernizando y ampliando sus operaciones. Además de una mayor oferta derivada de la presencia de más bancos, la presencia de Comisionistas (o corresponsales), contribuye a fomentar el uso creciente de los servicios financieros, favoreciendo así la formación de una masa crítica mayor en las transacciones formales y registrables.
Los sistemas de aviso para cargos, depósitos y disposición de efectivo en cajeros automáticos o en diferentes puntos de venta representan mayor seguridad para las transacciones y ponen en evidencia las ventajas de una mayor bancarización. Asimismo, la incorporación de dispositivos electrónicos móviles (telefonía celular e internet) permite ampliar el número de lugares y horarios de difícil cobertura para las sucursales bancarias.
El balance de los aspectos financieros y operativos indica que la Banca ha tenido un año exitoso y que la perspectiva luce igualmente o más favorable en los meses por venir. Los resultados del año más reciente así permiten anticiparlo.
FUENTES: documentos específicos y sitios de Internet
Asociación de Bancos de México. Convención Bancaria, 2013 www.abm.org.mx
Banco de México. Informe Anual 2012 y Base de datos. www.banxico.org.mx
Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Boletines Estadísticos y Bases de datos. www.cnbv.gob.mx
Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras. www.condusef.gob.mx
Instituto de Protección al Ahorro Bancario. www.ipab.org.mx
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática. www.inegi.gob.mx
Secretaría de Hacienda y Crédito Público. www.shcp.gob.mx
Derechos Reservados › Prohibida la reproducción total o parcial de este sitio › Asociación de Bancos de México, 2012.