Asociación de Bancos de México
Capítulo I
Las grandes preocupaciones consignadas en el Anuario de la Banca 2010 se centraban en la profundidad y duración de la crisis. Afortunadamente, para este ejemplar de 2011 tales preocupaciones se han convertido, al menos para México, en una serie de cuestionamientos sobre la rapidez y fortaleza de la recuperación de la economía en su conjunto, incluido el financiamiento bancario. La crisis como tal quedó atrás, aunque las dudas persisten sobe la solidez de la recuperación económica en Estados Unidos (incluida la lejana posibilidad de default) o la preocupación europea sobre casos específicos graves1, dada la vulnerabilidad financiera de varias de sus economías y el riesgo de contagio a los demás países.
Internamente, no obstante, la contracción del financiamiento bancario ya tuvo su punto de inflexión en el primer trimestre de 2010 y retorna de manera franca al crecimiento en el segundo semestre de ese año. En consecuencia, 2011 luce como un buen año de crecimiento económico y financiero. Afortunadamente para nuestro país, la crisis financiera–inmobiliaria no tomó carta de naturalización. Además, la Banca se encontraba en condiciones radicalmente distintas a como lo estaba en 1995, nuestro referente crítico por excelencia.
Los indicadores básicos de capitalización y calidad de la cartera fueron capaces de proveer de una base sólida para enfrentar la situación. En el recuento, la desaceleración del financiamiento se convirtió en variaciones anuales negativas a lo largo de casi un año (may’09-jul’10), con dos salvedades de gran relevancia: 1) en ningún momento surgió el riesgo real de una emergencia financiera con situaciones generalizadas de no pago y, 2) hasta cierto punto, ese proceso dejó un saldo favorable al producir una depuración de la cartera y desestimuló algunas prácticas de uso del crédito que pudieran ser calificadas como laxas.
Así pues, en la segunda mitad de 2010 y lo transcurrido de 2011 –período que abarca este anuario- la situación ha cambiado radicalmente. Los datos económicos son eminentemente positivos y justifican expectativas más favorables. No cabe pensar llanamente en una recuperación extraordinaria, pero sí hay elementos suficientes para un optimismo moderado. En tal contexto, la reactivación del financiamiento bancario es un componente más que debiera sumarse a los que ya apuntan alineados en la misma dirección.
1 El plan de ayuda a Grecia por casi 160 mil millones de euros, recién aprobado a finales de julio, no será el último evento de este tipo que veremos en los próximos meses.
En este contexto se inserta la elaboración de un nuevo conjunto de datos relevantes para evaluar la profundización financiera en México. Aunque formalmente inició en la primera mitad de 2010 (marzo), es en el período reportado en este anuario que está plenamente en funcionamiento el llamado Reporte de Inclusión Financiera elaborado por la CNBV. Ello forma parte del esfuerzo de las autoridades en diversos países para promover el acceso y uso de los servicios financieros, así como de poner al alcance de un mayor número de personas las oportunidades que representan.
La Banca es el corazón de este conjunto de indicadores, aunque no se limita a ella, pues se incluyen otros oferentes y diversas modalidades financieras. Al combinarse con las condiciones sociales y económicas de las entidades y municipios del país, proporcionarán diagnósticos más precisos sobre los retos y las oportunidades para la expansión del sector y su aprovechamiento como factor de crecimiento. Los primeros reportes sobre Inclusión Financiera tienen aún el carácter de un diagnóstico de corte transversal. Esto es, se encuentran en una etapa de consolidación, en la que la principal labor es la identificación de los fenómenos y los grados de interrelación. Con el paso del tiempo se convertirán en una referencia obligada a la cual habrá que darle el seguimiento debido y reportar sus principales tendencias.
Por lo pronto, como indicador agregado de la penetración financiera, la proporción del PIB de los Servicios Financieros en el PIB total indica que el impacto de la crisis se percibe aún en 2011. En el anuario pasado se reportaba un retraimiento marginal de los servicios financieros, pero en 2011 es evidente que el impacto permanecía, pues el retroceso ha continuado. Observando los primeros trimestres de cada año, en la Gráfica 1 observamos cómo esta proporción pasó de 4.61% en 2009 a 4.41% en 2010 y a 4.33% en 2011. Aún así, el sector no resintió de manera tan intensa la crisis financiera internacional. En el futuro, los indicadores contenidos en los reportes sobre Inclusión Financiera deberán enriquecer nuestra visión (y medición) sobre la presencia del sector en la economía.
Economía 2010-2011
La contracción económica de 2009 (-9.6% en el peor momento) fue más grave aún que la experimentada en 1995 (-8.8%). Afortunadamente la recuperación en 2010 y 2011 ha sido rápida y va dejando atrás el fantasma de una recesión prolongada (Gráfica 2). De hecho, el mismo número de trimestres negativos ha sido compensado ya con otros de signo positivo. Incluso al cierre de 2010 el nivel absoluto de Producto Interno Bruto ya rebasó el máximo registrado en 2007. Con todo, no cabe hablar de la recuperación plena, porque en ese lapso se retrasó la generación de empleo y sin duda, hay varias pérdidas implícitas en ello.
La industria manufacturera, donde probablemente se vivieron los momentos más intensos de la contracción, ha retornado con fuerza al crecimiento. Pero, sin duda, las mejores noticias sobre la reactivación del mercado interno provienen del mercado laboral. Después de superar la contracción, se viene experimentando una sólida, y ya no sólo “prometedora”, recuperación del empleo. Según las cifras del IMSS, al primer semestre de 2011, comparando con el cierre de 2010, se han creado 382 mil empleos netos. La cifra puede lucir modesta para las necesidades del país, y muchos coincidiremos en ello, pero cabe notar que ya se superó y de manera significativa desde agosto de 2010, la cifra máxima que se tenía en octubre de 2008 y que era de casi 14.5 millones. Esto coloca al mercado laboral en el umbral de los 15 millones de trabajadores registrados en el IMSS, rebase histórico que habrá de producirse próximamente (Gráfica 3).
No queremos decir que no hay problemas y que se ha recuperado automáticamente el poder adquisitivo de la población, pero al haberse retomado la senda de la generación de empleos, el futuro se torna diferente. Se atenúa el riesgo potencial sobre la cartera vencida y aumenta la capacidad de planeación en el consumo de las familias, lo que está estrechamente vinculado con la contratación del crédito no empresarial.
Por otra parte, está presente el apoyo que representa la estabilidad inflacionaria, la cual ha permanecido prácticamente inalterada. Tal vez ya nos hayamos acostumbrado a la misma –después de muchos años de inflación acelerada- pero mantener la estabilidad de precios no es un hecho menor, ya que es uno de los principales elementos que apoyan la recuperación del poder adquisitivo. En este sentido, vale recordar que en 2009 y 2010 la inflación anual fue de solamente 3.6% y 4.4%, respectivamente. La cifra de 2010 se acercó al rango superior de la meta del Banco de México, pero no se evidenció una secuela significativa de la crisis por la que transitamos.
Esto adquiere mayor relevancia si tomamos en cuenta que en los primeros seis meses de 2011 la inflación acumulada es de solamente 0.299%. El dato tiene un significado inusual por al menos tres razones, dos de ellas cuantitativas: 1) de enero a junio (0.299%) se tiene la menor inflación acumulada para un primer semestre en los últimos 42 años (desde 1969); 2) la variación anual de 3.28% ocupa el 2º lugar entre los registros de inflación más bajos para un mes de junio en la historia del INPC; y, 3) la publicación de esta cifra cierra un largo ciclo de elaboración del cálculo por parte del Banco de México, ya que a partir del mes de julio, el INEGI será la entidad encargada de dicha tarea.
Este entorno luce propicio para la actividad bancaria, tanto en lo que es la captación de recursos, cuanto lo que corresponde a la canalización de los mismos al consumo y la inversión. Veamos pues cómo se presentó la operación bancaria en estos ámbitos.
Captación: reinicia un período expansivo
La etapa de precaución asociada a la crisis quedó atrás. Previo a 2009, la captación de la Banca experimentaba un período francamente positivo y los saldos de captación crecían en términos reales a razón de dos dígitos en tasa anual. La crisis provocó un cambio de tendencia, la cual se volvió negativa a lo largo de varios meses, pero una vez que los agentes percibieron de nuevo el horizonte con una visión más positiva, la captación retomó el camino de la expansión.
Para este anuario correspondiente a 2011 decidimos utilizar el mismo gráfico del año pasado y extenderlo a los meses siguientes, añadiendo simplemente la nueva información, a fin de ilustrar este cambio de tendencia (Gráfica 4). Ahora la pendiente regresa a lo positivo y casi parece la continuación de la etapa previa, por lo cual la contracción vendría a ser un simple alto en el camino. En esta nueva etapa será interesante observar los cambios que se presentaron en las decisiones de los ahorradores en cuanto a la composición de su cartera.
El instrumento de ahorro preferido por el público son los Depósitos a la Vista o de exigibilidad inmediata, en tanto que continúan descendiendo en su participación los Depósitos a Plazo. No se trata de una tendencia reciente y ciertamente ésta no se vio alterada de manera significativa por lo ocurrido en el período de crisis reciente. Ahora bien, estos dos componentes no representan la totalidad de la captación, pero son mayoría (86.8%) y por exclusión, revelan claramente las preferencias de los ahorradores (Gráfica 5).
En el Cuadro siguiente puede verse en detalle el comportamiento de los instrumentos de captación en lo que se refiere a su estructura porcentual. De 2008 a 2009, aunque marginal, se registró cierta ganancia de los Depósitos a Plazo. En ello parece haber influido el ánimo del momento de crisis. Sin embargo, la tendencia previa se reactivó hacia 2010 y una vez que volvió la "normalidad", se reanimó el proceso y con un impulso adicional, ya que la ganancia de los Depósitos de Exigibilidad Inmediata recuperó y hasta superó la pequeña pérdida anterior. De hecho, entre 2008 y 2011 la ganancia en participación es de 2.5 puntos, en tanto que los Depósitos a Plazo acumulan una pérdida de 5.2 puntos. La presencia de Bonos Bancarios ganó 1.6 puntos y menos aún fue la ganancia de los Préstamos Interbancarios (0.6 puntos).
La estructura de captación resultante sigue favoreciendo la estructura de costos de la Banca, pues implica menos costo financiero por los Depósitos Exigibles de Inmediato. En este juego de plazos: Bajo costo por disponibilidad vs. Mayor costo por estabilidad en los depósitos, el mercado terminará por definir la combinación más conveniente para la operación de la Banca. Además, en este comportamiento también juega su papel el cambio de cultura financiera que ha venido operándose entre los usuarios a favor del uso creciente de pagos a través de tarjetas de débito (ligadas a ese tipo de depósitos a la vista).
Financiamiento: el inicio de la expansión
Como señalamos en el anuario del año pasado, la desaceleración del financiamiento tenía un origen previo a la crisis internacional y bien podía ser vista como un proceso de ajuste necesario para moderar las elevadas tasas de crecimiento que se habían venido registrando (Gráfica 6). Esto se confirmó con el curso de los hechos, porque en todo caso, la crisis intensificó y aceleró el proceso, pero el entorno fue cambiando hasta encontrarnos en otro contexto. Al mes de mayo de 2011, cifra más reciente disponible, se cumplen 10 meses seguidos de crecimiento y aunque la imagen gráfica da la impresión de una recuperación lenta, ello se debe a la magnitud de las tasas de crecimiento previas (cercanas a 30% a finales de 2007). Para tener otro parámetro y completar el panorama, baste decir que la tasa actual de expansión del financiamiento es 9% en términos reales, por lo que su ritmo dobla al crecimiento de la economía en su conjunto, un logro importante.
De hecho, podría decirse, sin exagerar, que las tasas de variación negativas que se registraron fueron moderadas, si las comparamos con los crecimientos previos. Y tal vez más significativo es el hecho de que resultaron de menor magnitud, comparadas con el ritmo de crecimiento observado ya en meses recientes. En consecuencia, el saldo de financiamiento se ha recuperado rápidamente, superando su nivel previo a la caída y, por primera vez en la historia reciente, dicho saldo rebasa los dos billones de pesos.
Después de que en 2005 se registrara un mínimo de 10.7% en la participación del financiamiento en relación al PIB, los siguientes años habían sido de una suave y ascendente tendencia positiva, hasta registrar 15.2% en 2009. Sin embargo, esto se interrumpió en la reciente crisis. Una visión trimestral –y naturalmente de más corto plazo- de este indicador, nos dice que después de alcanzar un máximo en el primer trimestre de 2009, la cifra comenzó a descender durante el resto de 2009 y todo 2010. La buena noticia es que de nueva cuenta hay un repunte al inicio de 2011 y aunque todavía está por debajo del nivel alcanzado dos años atrás, la tendencia negativa se detuvo, y si se consolida el comportamiento del financiamiento que observamos en la Gráfica 6, estaría comenzando a revertir su pérdida de peso relativo en la economía (Gráfica 7).
Ahora bien, todo episodio crítico conlleva la oportunidad para consolidar el rumbo cuando este es correcto, o bien de rectificarlo si han ocurrido desviaciones. En este sentido, parecen consolidarse algunos de los cambios importantes de los últimos años (Gráfica 8):
Los grandes números nos indican los principales ajustes ligados a la crisis. Sin embargo, encontraremos algunos aspectos de interés al analizar los detalles.
1. El Crédito Comercial (a empresas y personas físicas)
Las noticias son francamente alentadoras. Después de la contracción del financiamiento (hasta julio de 2010), la recuperación ha sido rápida y con tasas de crecimiento en ascenso (Gráfica 9). Este tipo de financiamiento ha pasado del momento más intenso de la contracción (-5.6% en febrero de 2010), a registrar tres meses seguidos a un ritmo de dos dígitos (10.4% en el trimestre mar-may ‘11).
El detalle de las actividades económicas nos indica que la recuperación no es sólo asunto de las cifras agregadas o del predominio de unas cuantas de gran magnitud. En los meses más recientes ha venido creciendo rápidamente el número de ramas de la actividad económica que registran crecimiento en su financiamiento. En febrero de 2010 solamente 24 de las 71 observaban variaciones reales positivas, lo cual era consistente con el momento más intenso de la contracción. A partir de ahí las cifras se fueron tornando más positivas y han continuado en ascenso hasta el primer trimestre de 2011 (Gráfica 10).
El recuento del patrón de comportamiento del número de ramas con crecimiento en el financiamiento resulta muy útil para identificar qué tan rápida o generalizada es la recuperación del crédito comercial. Caben pues, dos señalamientos interesantes:
Debido a esas razones, y de acuerdo con lo observado en meses recientes (Gráfica 10) ¿Qué podemos esperar entonces? Podríamos decir que esta etapa expansiva es apenas incipiente, ya que son únicamente unas 45 las ramas que actualmente se encuentran en condición de demanda positiva de financiamiento. El ambiente de demanda crediticia no alcanza todavía a toda la geografía económica, por lo que cabría esperar una recuperación mucho más extendida en los meses siguientes, cuando el número de ramas con expansión crediticia podría superar las 55.
Las condiciones macroeconómicas están dadas para tener un período de crecimiento de largo aliento, si bien es probable que no a las tasas de crecimiento registradas en el período expansivo más reciente. Por otro lado, no cabe esperar que el 100% de las ramas de actividad coincidan en sus períodos de expansión, ya que cada industria atiende a su propia dinámica de crecimiento, pese a que los períodos de crecimiento económico generalizado sean propicios para que un número mayor de actividades se incorpore a él.
En este proceso de recuperación también hay otra perspectiva que atender: La del tipo de empresa. Es importante recalcar que el crédito a las PYMES, grandes generadoras de empleo, va en franco ascenso, y bastan dos datos muy precisos para dar cuenta de esa situación:
No parece aventurado señalar que estamos entrando a una etapa de expansión crediticia que apenas comienza. Según la encuesta del Banco de México, levantada entre empresas para evaluar los obstáculos al crecimiento, el financiamiento aparece desde el 4º trimestre de 2010 como uno de los factores que va en pleno descenso como causal, situación que se confirma al inicio de 2011. En consecuencia, las expectativas para este segmento y para el crédito comercial en su conjunto, lucen favorables.
2. El Crédito al Consumo: crecimiento y recomposición
El Crédito al Consumo, al reactivarse de manera significativa, se consolida como segundo rubro en importancia dentro de la cartera de crédito de la Banca, un lugar que había cedido temporalmente cuando su ajuste era más intenso. Después de ese período, que va noviembre de 2008 a diciembre de 2010 (poco más de dos años) y donde se registraron tasas negativas mayores a 20%, durante 2011 el financiamiento al Consumo experimenta tasas de crecimiento en rápido ascenso (período ene-may). En enero solamente crecía 2%, pero al mes de mayo logra registrar una expansión de dos dígitos (10.7%), luego de 35 meses de no hacerlo a tal ritmo.
Al referirnos anteriormente a las cifras agregadas hicimos alusión a un período de ajuste del Crédito al Consumo, para luego estabilizarse en una participación ligeramente por debajo del 20% de la cartera de la Banca. Pues bien, la parte mayoritaria de ese movimiento recayó en las Tarjetas de Crédito, ya que los demás componentes (créditos personales y automotriz, principalmente) siguieron creciendo prácticamente sin interrupción, o con ajustes menores. La Gráfica 11 nos refleja claramente los dos procesos: la disminución del saldo de financiamiento a estos segmentos y su recomposición, tal como la describimos.
Por último, cabe señalar que comienza a destacar un nuevo rubro del crédito en este segmento: el otorgado a través de la nómina. Aunque relativamente nuevo en el mercado, su importancia ya es de tomar en cuenta (representa 11%), y sin duda, es un elemento promotor de la formalización laboral de la economía. Hay un estimulo intrínseco a este proceso: para aprovechar esta fuente de financiamiento, el trabajador debe propugnar para prestar sus servicios en establecimientos formales. Una contribución que no debe soslayarse en el camino de una progresiva bancarización.
3. El Crédito a la Vivienda: crecimiento moderado
El financiamiento a la Vivienda se sitúa como tercer rubro en importancia, ligeramente por debajo del crédito al Consumo. Representa actualmente el 19% (aunque llegó a estar en 20% allá por julio de 2010). Las características de su crecimiento son dignas de mencionar porque:
Esto último parece un cambio menor, pero la diferencia entre los ritmos de expansión (alrededor de 5% en la Vivienda residencial y 18% en la de Interés Social) revela que hay una plena convergencia entre los intereses de la Banca por atender ese segmento del mercado y el de instituciones públicas, como el Infonavit, que está empeñada en promover este tipo de crédito en combinación con los recursos captados por la Banca. Una sinergia que seguramente también puede aprovecharse en otros ámbitos.
Cartera Vencida: mejora, pero reclama atención continua
De manera consistente con un período en el que se tienen que realizar diversos ajustes a la operación bancaria, por segundo año consecutivo se reduce el índice de cartera vencida (o índice de morosidad). Se trata de un resultado muy deseable en momentos difíciles, y sin duda, es un aspecto que debe reclamar atención permanente. Refiriéndonos a lo cuantitativo, si tomamos la medida en mayo de cada año, sucede que después de haberse elevado hasta 3.86 en 2009 (desde 1.80 en 2006), el índice se redujo a 2.88 en 2010 y a 2.45 en 2011 (Gráfica 12).
Un buen resultado especialmente para 2011, tomando en cuenta que se trata ya de una etapa de expansión crediticia. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que pudiera estar gestándose un cambio de rumbo. Los datos puntuales de marzo, abril y mayo indican un ligero aumento, desde el mínimo alcanzado en febrero de 2011, lo cual puede visualizarse en la Gráfica 13, en la línea que representa al total. No creemos que esto deba ser motivo de una especial preocupación, pero siempre es un frente que no se debe descuidar.
En cuanto al proceso de ajuste, las trayectorias correspondientes a cada segmento del mercado son claramente indicativas de la magnitud del esfuerzo involucrado para sanear la cartera de crédito de la Banca. En consecuencia, dan idea de lo que podemos esperar en los meses venideros.
Ahora bien, el dato absoluto de la cartera vencida ha descendido, comparado con lo registrado hace sólo algunos meses. El monto es de 55 mil millones de pesos a mayo de 2011, una cifra 23% inferior al máximo alcanzado en mayo de 2009 y 4.5% menor al registrado en 2010. En ese contexto, cabe recordar que los diversos componentes de esta cartera representan: 42% la cartera Comercial (la más estable), 33% el Consumo (la que ha descendido más rápido) y 25% la Vivienda (la que ha tardado más en reaccionar).
Este tema debe mantenerse en la mira de las autoridades y las instituciones, pues siempre resulta más conveniente hacer caso de una alerta temprana, que hacer ajustes forzados por las circunstancias.
La Salud Financiera
a) Capitalización: a momentos difíciles, medidas duras
El punto más bajo de la capitalización de la Banca en los últimos años corresponde a febrero de 2009 (24.7), sin embargo, excede con mucho al requerido por las autoridades. Viéndolo el contexto, en ese momento comenzaban a sentirse los efectos más intensos de la crisis internacional, y precisamente a partir de ahí la capitalización comenzó a elevarse de manera significativa hasta llegar a casi 30%. Todo ello en sentido inverso a lo que suele ocurrir en una etapa crítica, cuando la cartera de crédito tiende a deteriorarse, se eleva el riesgo de los activos y la fortaleza financiera (representada por la capitalización) se va mermando.
En cuanto al dato más reciente disponible (abril de 2011), éste indica que la capitalización asociada al riesgo de crédito es de 29.6 (17.03 con riesgo total), cifra que prácticamente duplica el requerimiento legal para riesgo total (Gráfica 14). Vemos que en el año más reciente el índice se venía ajustando unos dos puntos a la baja, pero el dato de abril significó la reversión de esa tendencia.
Ahora bien, al momento de elaborar este anuario no se han dado a conocer las cifras de mayo separadas en sus mediciones de "riesgo de crédito" y "riesgo total", pero como una aproximación a la capitalización del sistema, tomamos el dato por banco, publicado en el boletín de la CNBV del 14 de julio, y ponderamos por los activos de los bancos. El dato así calculado indica una capitalización de 17.11 medida por "riesgo total", cifra que luce muy alentadora.
Llama la atención que en lugar de simplemente apelar a la fortaleza financiera ya existente (abrigando la esperanza de que la crisis no se profundizara y no tuviera que aumentarse el capital), la Banca en México reforzó su posición y apostó por una mayor capitalización. Se trata de una respuesta proactiva ante eventuales problemas venideros y no una reacción a destiempo. La constitución adicional de capital es una medida dura (porque capitalizar toda empresa tiene costos), pero es conveniente en tiempos difíciles.
En este sentido, hemos de tomar en cuenta que ni en los momentos más difíciles las instituciones descuidaron este aspecto, ya que todas y cada una de las ellas se ubican en la Categoría I, que es la más alta y corresponde a una capitalización superior al 10%. Pero no sólo eso, porque de las 42 instituciones que conforman al sistema, 17 tienen una capitalización superior a 20% por "riesgo total", lo que es una cifra extraordinaria.
Por otra parte, como dato importante a tomar en cuenta, tenemos que la información oficial disponible nos presenta algunas novedades:
¿Qué podemos decir respecto a la capitalización de la Banca? Primero, en la actualidad la capitalización no es un tema de particular preocupación; segundo, su magnitud la ubica en niveles que han demostrado no ser frágiles ante los vaivenes del mercado local o internacional, y tercero, luce más que suficiente para respaldar sus operaciones actuales y del futuro inmediato.
En este sentido, el repunte del financiamiento (julio de 2010 en adelante) no implicó una repentina exposición de los activos, pues la capitalización apenas descendió, y temporalmente, dos puntos. Es decir, aun cuando los activos en riesgo aumentaron, la capitalización tomó un camino adecuado a ese momento.
b) Reservas
La fortaleza financiera de la Banca tiene, además de la propia capitalización, a la constitución de reservas preventivas como un complemento natural. Las recomendaciones de los órganos de supervisión y vigilancia son útiles, aunque la mejor reserva es la que se decide internamente por encima de las directrices de la autoridad. A fin de cuentas, las reservas protegen la salud del principal activo de la banca, que es su cartera crediticia.
Dicho lo anterior, el saldo de las reservas constituidas por el conjunto de los bancos al mes de mayo de 2011, asciende a 105.9 mil millones de pesos (5.9% mayores a las de un año antes). Si solamente observamos su crecimiento anual, veremos que los últimos tres meses han significado aumentos respecto a lo alcanzado un año antes. Sin embargo, los meses anteriores se caracterizaron por una sensible disminución respecto a lo registrado al cierre de 2009 y el inicio de 2010 (Gráfica 15).
Ésta, como otras cifras, debe ser relativizada para ubicarla en contexto. Así, al compararla con la cartera vencida, tenemos que pese a esa “bajada” en el nivel absoluto, la cobertura que hace de la cartera vencida no ha descendido. De hecho, registra una tranquilizadora tendencia positiva (Gráfica 16), lo que revela que la constitución de reservas se mantiene en estrecha vinculación con la evolución de la cartera vencida.
La cobertura que actualmente tiene la Banca reúne tres características de interés:
Ante las inquietudes de que se pudiera producir una crisis de pagos por el crédito al consumo a través de tarjetas, puede decirse que la Banca incluso ha sobre reaccionado de manera importante, ya que las reservas constituidas para una eventual crisis de cartera vencida cubren este segmento hasta en 239%, en tanto que el resto de la cartera está cubierto en 152%. En todo caso, las dos cifras están muy por encima de las necesidades básicas de operación, por lo cual estamos en presencia de medidas claramente prudenciales.
El Mercado
En el mercado de bienes y servicios bancarios se combinan tres temas de gran interés para los objetivos de este anuario: Los oferentes o bancos, las tasas de interés (que son los precios en que se expresan fundamentalmente esos bienes y servicios) y, finalmente, las reglas que fijan las autoridades financieras. Para el período que abarca este anuario haremos el recuento de los principales cambios ocurridos en estos tres ámbitos.
a) Cambios en la estructura
A nivel de las instituciones, el número de bancos se ha mantenido en 41 entre marzo de 2010 y marzo de 2011 (para referirnos a información trimestral). Aunque el dato es válido incluso hasta el mes de mayo, según se reporta en el boletín de prensa Nº 44 de la CNBV correspondiente al 14 de julio de 2011 ¿Quiere decir esto que los agentes económicos en esta industria han permanecido sin cambios? No.
Desde luego que hay cambios:
En primer lugar, está el surgimiento de un nuevo banco, producto de la fusión de Grupo Financiero Banorte e Ixe Grupo Financiero. Sin embargo, la importancia de este proceso (por sus activos estos bancos ocupan actualmente los lugares 4º y 10º) y que se haya hecho público, lo convierten en uno de los cambios más relevantes en cuanto a la estructura de mercado de los últimos años.
Con los datos por separado a mayo de 2011, los activos del nuevo banco representarían el 11.62% del mercado. Banorte no cambia de lugar, pero el banco resultante ha quedado más cerca del 3º que del 5º lugar, por lo que eventualmente se podrían producir cambios en las participaciones de mercado. Por otro lado, el indicador clásico de concentración industrial (CR4), pasaría de 64.19% sin fusión, a 65.79% con ella, un cambio de mercado a tomar en cuenta. Además, cabe mencionar que en general la importancia relativa de los bancos ha cambiado en el último año, ya que entre marzo de 2010 y marzo de 2011 la correlación del orden que guardan en función de sus activos, es de sólo 0.96, en lugar de 1.00, que sería el número si conservaran sus mismos lugares (equivaldría a un cambio aproximado de 4% en sus posiciones).
Otro cambio de interés es el continuo surgimiento de corresponsales bancarios autorizados, lo cual forma parte del proceso de bancarización y aumento de la oferta de servicios bancarios. Los principales servicios que se ofrecen a través de esta modalidad son los de pago de crédito y depósitos en la casi totalidad de los establecimientos, mientras que otros como pago de cheques, consulta de saldos y retiros, son menos frecuentes y se ofrecen en apenas una cuarta parte de los establecimientos. Para el seguimiento de este nuevo servicio, la CNBV ha presentado reportes para tres fechas, tal como se muestra en el Cuadro 2.
No está por demás dimensionar esta modalidad de servicio. A un año de distancia, esta nueva red de servicio equivale a 142% de la red de sucursales bancarias tradicionales en el país, lo que implica una expansión más que notable.
Por último, un tema no bancario, pero que representa una modalidad cercana a los bancos –en ese carácter la hemos reportado en este espacio- son las Sociedades Financieras Populares, de las cuales se reportaron 40 al mes de marzo de 2011, sumadas a 59 Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo. Se trata de instituciones afines, aunque con exigencias de operación distintas a los bancos, pero que representan, finalmente, una opción financiera a la población y en cierto modo una competencia asimétrica.
b) Las tasas de interés
La tasa implícita sobre la cartera de crédito muestra varios hechos de la mayor importancia. En estricto sentido, no se trata de una tasa de interés que se aplique mensualmente a los diversos créditos, sino a la suma de intereses cobrados como proporción del saldo de crédito. Por tanto, su valor analítico consiste en la tendencia que puede mostrar y acaso sus diferencias entre los segmentos del mercado, no así su nivel absoluto. De cualquier manera, estos datos nos permiten observar algunos temas de interés:
La cifras parecen sugerir que el piso para el costo implícito del crédito se encuentra alrededor de 6.32%, tasa que corresponde al riesgo llamado soberano (riesgo=0), mientras que las tasas de interés más elevadas estarían vinculadas a créditos sin garantía especifica y que involucran mayor dificultad para su cobro para la totalidad de los casos, como suele suceder con las tarjetas de crédito.
c) Ajustes en la regulación
En materia de cambios a la regulación sobresalen dos temas: las disposiciones sobre operaciones en efectivo con dólares y los acuerdos a que llegaron los organismos financieros internacionales para elevar los requerimientos y la calidad de la capitalización de las instituciones bancarias locales.
En el primer tema, se establecieron reglas aplicables a las instituciones de crédito que contrataran corresponsales para llevar a cabo operaciones de compras de dólares en efectivo. Originalmente se fijaron 100 dólares por transacción para Establecimientos comerciales y proveedores de servicios, 300 dólares diarios (1,500 dólares acumulados) para huéspedes de Hoteles y una tercera opción con montos similares a las transacciones en hoteles pero en compras condicionadas a una venta, según La Ley Aduanera (Duty-free). Hay algunas precisiones adicionales, pero remitimos al lector interesado a la lectura del comunicado del 1º de septiembre de 2010 de la CNBV.
Posteriormente se anunciaron también algunas adecuaciones para incrementar el límite de depósitos en efectivo para personas morales de 7 mil a 14 mil dólares y el límite de cambio a pesos al realizar compras en comercios habilitados como corresponsales, de 100 a 250 dólares. Los detalles se pueden consultar en el comunicado del 3 de diciembre de 2010. Éstas y otras acciones que seguramente seguiremos viendo, tienen como propósito limitar, en la medida de lo posible, los canales a las operaciones ilícitas, afectando lo menos a las que no lo son.
En el segundo tema, se fijaron cuatro estándares más exigentes del Comité de Basilea, comparados con los derivados del Acuerdo de Basilea II.
En voz de la autoridad local, todas estas medidas, si bien lucen estrictas, no representan cambios profundos para los bancos mexicanos, pues a raíz de la crisis 1994-1995, éstos quedaron sujetos a un marco regulatorio exigente, lo que supone que podrán satisfacer las nuevas exigencias antes de que termine el período de transición a nivel internacional.
Conclusiones
El panorama de la Banca es radicalmente distinto al que teníamos hace un año. La contracción del financiamiento tuvo su período de contracción, aunque encontró rápidamente su punto de inflexión y después de eso ha tenido al menos 10 meses de crecimiento real. En consecuencia, 2011 luce como un buen año de crecimiento económico y financiero.
La situación de crisis internacional se enfrentó exitosamente, y los ajustes que se experimentaron en la cartera de crédito hasta sirvieron para depurarla y mejorar algunas prácticas en su otorgamiento. De hecho, su actual composición nos dice, además, que el crédito con mayor presencia es precisamente el que tiene menor índice de cartera vencida.
La captación continúa financiándose de forma sana y económica. Los Depósitos a la Vista dominan la estructura del ahorro y aunque por sí mismo ello resulta conveniente a la Banca, a final de cuentas, es el cliente quien decide cuál es la forma de ahorro que mejor le acomoda a sus preferencias. El creciente número de transacciones con tarjetas de débito sugiere que en este momento coinciden tales preferencias.
En otro ámbito, la combinación entre los indicadores de una cartera vencida que se retrae y una capitalización que avanza, sugieren que estamos en la antesala de un período de expansión fuerte y sana. No se precisan de conjeturas para saber que se trata de una conjunción de elementos favorables para el crecimiento. La cobertura sobre la cartera vencida supone un margen considerable de acción para la expansión crediticia.
Por otro lado, la regulación avanza en forma interesante para seguir fortaleciendo al sistema financiero. La mayor capitalización exigible para los años venideros por parte de los organismos internacionales no hace sino corroborar que lo realizado por México en años pasados fue lo correcto. Las medidas de seguridad que se toman suelen tener un alto costo, aparentemente, pero éste invariablemente es menor al que implican los rescates. Los casos de Grecia -ya en camino- y los que pueden surgir en los próximos meses o semanas, como el de Portugal, Chipre o España, nos dicen que el costo de la salud financiera es preferible al de los rescates, para las instituciones, para la población en general y para el equilibrio internacional.
Sólo nos queda por decir que las nuevas modalidades de actividad bancaria "expandida o a distancia" (en sucursales o por corresponsales) son una nueva forma de penetrar a la economía y tendremos que adaptarnos a ellas, porque finalmente la dotan de herramientas de crecimiento, seguridad y competitividad.
No es un secreto que los costos de transportación física de valores o la inseguridad que ello implica, son aspectos que podemos ahorrarnos como sociedad (y volvernos más competitivos) cuando realizamos más operaciones con base en intercambios por medios electrónicos. Son seguros y más baratos. Ese futuro está alcance y de nosotros depende que lo aprovechemos plenamente.
La Banca demuestra, una vez más, que las crisis, si no matan, fortalecen. La Banca se encuentra hoy en día mejor que nunca para tomar un papel protagónico en la expansión de México. Esperemos que así sea.
FUENTES: documentos específicos y sitios de Internet
Asociación de Bancos de México. Convención Bancaria, 2011 www.abm.org.mx
Banco de México. Informe Anual 2010 y Base de datos. www.banxico.org.mx
Comisión Nacional Bancaria y de Valores. Boletín Estadístico, Varios Números www.cnbv.gob.mx
Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de las Instituciones Financieras. www.condusef.gob.mx
Instituto de Protección al Ahorro Bancario. www.ipab.org.mx
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática. www.inegi.gob.mx
Secretaría de Hacienda y Crédito Público. www.shcp.gob.mx
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