Asociación de Bancos de México

Anuario Financiero de la Banca en México 2010

Capítulo I

Las grandes preocupaciones consignadas en el Anuario de la Banca 2010 se centraban en la profundidad y duración de la crisis. Afortunadamente, para este ejemplar de 2011 tales preocupaciones se han convertido, al menos para México, en una serie de cuestionamientos sobre la rapidez y fortaleza de la recuperación de la economía en su conjunto, incluido el financiamiento bancario. La crisis como tal quedó atrás, aunque las dudas persisten sobe la solidez de la recuperación económica en Estados Unidos (incluida la lejana posibilidad de default) o la preocupación europea sobre casos específicos graves1, dada la vulnerabilidad financiera de varias de sus economías y el riesgo de contagio a los demás países.

Internamente, no obstante, la contracción del financiamiento bancario ya tuvo su punto de inflexión en el primer trimestre de 2010 y retorna de manera franca al crecimiento en el segundo semestre de ese año. En consecuencia, 2011 luce como un buen año de crecimiento económico y financiero. Afortunadamente para nuestro país, la crisis financiera–inmobiliaria no tomó carta de naturalización. Además, la Banca se encontraba en condiciones radicalmente distintas a como lo estaba en 1995, nuestro referente crítico por excelencia.

Los indicadores básicos de capitalización y calidad de la cartera fueron capaces de proveer de una base sólida para enfrentar la situación. En el recuento, la desaceleración del financiamiento se convirtió en variaciones anuales negativas a lo largo de casi un año (may’09-jul’10), con dos salvedades de gran relevancia: 1) en ningún momento surgió el riesgo real de una emergencia financiera con situaciones generalizadas de no pago y, 2) hasta cierto punto, ese proceso dejó un saldo favorable al producir una depuración de la cartera y desestimuló algunas prácticas de uso del crédito que pudieran ser calificadas como laxas.

Así pues, en la segunda mitad de 2010 y lo transcurrido de 2011 –período que abarca este anuario- la situación ha cambiado radicalmente. Los datos económicos son eminentemente positivos y justifican expectativas más favorables. No cabe pensar llanamente en una recuperación extraordinaria, pero sí hay elementos suficientes para un optimismo moderado. En tal contexto, la reactivación del financiamiento bancario es un componente más que debiera sumarse a los que ya apuntan alineados en la misma dirección.


1 El plan de ayuda a Grecia por casi 160 mil millones de euros, recién aprobado a finales de julio, no será el último evento de este tipo que veremos en los próximos meses.

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