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Versión estenográfica Acapulco, Gro., 22 de abril de 2010.
- MODERADOR: Amigos, muy buenas noches.
Estamos listos para iniciar esta parte de nuestro Programa.
Extendemos una cordialísima bienvenida a nombre de la Asociación de Bancos de México a todos ustedes.
Les agradecemos mucho estar aquí, su participación en esta Convención. Y sin mayor preámbulo para dar inicio al programa de esta noche, vamos a pedir las palabras del Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo, a quien damos una cordialísima bienvenida, igualmente.
- LIC. ERNESTO CORDERO ARROYO: Muy buenas tardes a todos.
Señor don Ignacio Deschamps González, Presidente de la Asociación de Bancos de México; señor doctor Agustín Carstens Carstens, Gobernador del Banco de México; distinguidos miembros de la Mesa, muy buenas tardes a todos, amigas y amigos.
Es para mí un gusto participar en esta Convención Bancaria, y aprovechar este espacio para hablar de los avances, las oportunidades y los retos a los que nos enfrentamos como país de cara a la recuperación económica.
Aprovecho para felicitar a don Carlos Abedrop por el merecidísimo reconocimiento que le entregarán en un rato más.
Desde mediados del año pasado, la economía de México está repuntando, y los signos de recuperación están a la vista. Las demandas internas y externas se han fortalecido, los diferentes sectores productivos, entre los que destaca el sector automotriz, están en franca recuperación y la generación de empleos y la disminución en la tasa de desocupación son poco a poco una realidad.
Las perspectivas de crecimiento se ubican entre 4 y 5 por ciento, siendo cada vez más frecuente encontrar previsiones, incluso por arriba del 5 por ciento.
Sin duda, las cosas marchan mejor, pero no podemos ni debemos olvidar que la recuperación económica aún enfrenta riesgos.
Por un lado, el sobreendeudamiento de algunos países europeos, puede afectar negativamente los mercados internacionales, extendiendo el contagio hasta México.
Por el otro, la recuperación económica en Estados Unidos, puede ser más débil de lo esperado, lo que supondría también un menor crecimiento aquí en nuestro país.
Pero puedo decir que frente a estos riesgos, no nos hemos quedado cruzados de brazos; para consolidar la recuperación y estar listos para mitigar posibles choques externos, hemos hecho un enorme esfuerzo por mantener finanzas públicas sanas.
Al respecto destacan los tres ajustes fiscales que hemos hecho y que nos permitirán un aumento en la recaudación de ingresos no petroleros equivalente a 3 puntos porcentuales del PIB.
Asimismo, para quitarle presión a las finanzas públicas, impulsamos una reforma al sistema de pensiones que representa un ahorro de más del 30 por ciento del PIB a valor presente y llevamos a cabo la extinción de Luz y Fuerza del Centro, que representaba un boquete de 42 mil millones de pesos.
Finalmente en PEMEX se logró estabilizar la producción de petróleo y con ello mantener los ingresos petroleros.
Estas acciones han fortalecido las finanzas públicas y nos han permitido mantener niveles de endeudamiento muy moderados. El déficit público en 2009, fue de 2.3 puntos del PIB, mientras que el saldo de la deuda neta total de México, era de poco más de 30 por ciento del PIB; una cifra pequeña comparada con otras economías que tienen niveles de endeudamiento muy preocupantes.
Quiero destacar que estas acciones continuarán a lo largo de este año y el siguiente, de modo que para 2012, tengamos un presupuesto balanceado.
Vale la pena enfatizar también que a pesar de no incurrir en un endeudamiento excesivo, tuvimos la capacidad para canalizar recursos récord para la inversión en infraestructura, programas sociales y seguridad pública.
Para el Gobierno Federal, el manejo responsable de la economía es y seguirá siendo una prioridad.
Por eso, hemos hecho un esfuerzo por incrementar los ingresos y por gastar mejor los recursos.
Además hemos complementado estos esfuerzos con una estrategia integral de manejo de riesgos. Por ello, estamos acumulando reservas internacionales para estar preparados en caso de que los flujos de inversión de corto plazo que están entrando a nuestro país, se reviertan.
Al 31 de marzo, las reservas internacionales equivalían a 97 mil 400 millones de dólares, el máximo nivel alcanzado en la historia del país.
Además, para hacer frente a fenómenos de contagio en los mercados financieros internacionales, hemos renovado la línea de crédito flexible con el Fondo Monetario Internacional, por alrededor de 48 mil millones de dólares.
Para contrarrestar choques por el lado fiscal, tenemos los fondos de estabilización que proponemos dotar de mayores recursos ante la posibilidad de ingresos excedentes.
Estos fondos tienen el propósito de mitigar la caída de ingresos ante un posible choque externo.
Finalmente es indispensable que frente a las amenazas externas que aún continúan vigentes, nos ocupemos de fortalecer los motores internos de nuestra economía.
Para ello, es importante avanzar en la agenda de reformas estructurales, como la reforma política, la reforma laboral y la reforma a la Ley de competencia económica, lo que fortalecerá nuestro diseño institucional, el funcionamiento en nuestros mercados laborales y reconocerá los derechos de la competencia económica y de los consumidores.
Todo ello le permitirá a la economía mexicana ubicarse en una ruta de crecimiento superior a la que tenemos actualmente.
También sería importante continuar con fuertes inversiones en infraestructura y vivienda, y será crucial seguir trabajando en la expansión del crédito.
Considerando el bajo nivel de crédito privado que registra la economía mexicana, las necesidades de financiamiento de sectores, como el de infraestructura y el de las pequeñas y medianas empresas, así como la existencia de numerosos proyectos viables, para ser financiados en México, es innegable que tenemos una gran ventana de oportunidad para expandirlo.
Sin duda, el sistema bancario está sano, bien capitalizado y listo para ser motor de prosperidad económica, fortaleciendo la inversión y el consumo.
A diferencia de lo que ha ocurrido en otros países, el sector bancario en México no ha presentado problemas sistémicos, ni ha necesitado recursos fiscales.
A diferencia de lo que pasó en 1995, cuando las serias debilidades del sistema financiero pusieron al país en una de las peores situaciones de que se tenga memoria, las reformas emprendidas en la última década para fortalecer este sector nos han permitido no solamente recuperar poco a poco todo lo que aquella crisis nos costó, sino también enfrentar esta nueva crisis desde una posición excepcional.
Gracias a la prudencia y al manejo responsable implementado desde entonces, al cierre de 2009 los Bancos Mexicanos en su conjunto cerraron con un nivel de capitalización de 16 por ciento, cifra que duplica el estándar establecido internacionalmente.
En la misma línea resalta la calidad que guardan sus activos. A diciembre de 2009 la Cartera Vencida como proporción de la Cartera Crediticia Total representó sólo el 3 por ciento y las reservas para riesgos crediticios superan más de 1.7 veces el monto de la Cartera Vencida.
Sin duda, la Banca en México está en condiciones de expandir el financiamiento a los diferentes sectores de la economía.
Por lo que respecta a la Banca de Desarrollo, el Gobierno Federal está cumpliendo con su compromiso de impulsar el desarrollo del país, sobre todo durante los peores momentos de la crisis internacional.
Durante 2009 la Banca de Desarrollo jugó un papel fundamental como fuente de liquides, compensando parte de la disminución en la disponibilidad de financiamiento, resultado de la crisis económica.
Entre 2008 y 2009 el saldo de crédito directo e inducido de la Banca de Desarrollo creció 22 por ciento para alcanzar 605 mil millones de pesos; el saldo más elevado de la Banca de Desarrollo en los últimos 15 años.
Para 2010 se espera que el saldo del crédito de la Banca de Desarrollo ascienda a 710 mil millones de pesos; además, esta expansión del crédito se ha dado, a diferencia de lo ocurrido en el pasado, con enorme atención a la calidad de la Cartera, evitando la acumulación de créditos no recuperables.
Asimismo, la Banca de Desarrollo trabajó en conjunto con la Banca Comercial para impulsar el crédito a sectores altamente generadores de empleo y aquellos que tradicionalmente son considerados de mayor riesgo.
Así se ha apoyado con créditos y garantías a las PYMES y a pequeños productores rurales en NAFIN y Financiera Rural y FIRA.
Se ha atendido a 746 Municipios, 313 de los cuales son de alta y muy alta marginación en BANOBRAS.
La Sociedad Hipotecaria Federal concentró su atención en las familias de bajos ingresos.
Finalmente, BANSEFI ha realizado un enorme esfuerzo por atender a las familias que viven en zonas de alta marginación, ampliando sensiblemente la penetración del Sistema Financiero Formal.
Sin duda, ampliar el crédito tiene enormes impactos positivos en la población; por un lado, genera un mayor consumo, y por el otro, impulsa una mayor inversión, lo que a su vez se traduce en mayor crecimiento económico.
El gran reto es lograr que la Banca cumpla con el papel que está llamada a desempeñar como el motor del crecimiento económico, y para ello habrá que impulsar una mejor regulación prudencial, que permita consolidar el Sistema Financiero y al mismo tiempo financiar de manera efectiva el crecimiento del país; incrementar y ampliar la oferta de servicios financieros con condiciones sencillas y de fácil entendimiento para promover que más segmentos de la población sean usuarios de los servicios financieros.
Hoy México, gracias a su potencial, se ve bien. Los mercados internacionales vuelven a fijarse en nosotros, los indicadores de riesgo siguen bajando consistentemente; nuestros mercados de capital están en plena recuperación; nuestro tipo de cambio se está recuperando de la seria depreciación que mostró durante la crisis.
Repito, hoy México se ve bien, pero estoy convencido de que puede verse mejor. Si todos hacemos la parte que nos corresponde, si la Banca cumple cabalmente prestando y nosotros en el Gobierno Federal cumplimos cabalmente complementando sus acciones a través de la Banca de Desarrollo, afinando la regulación y estableciendo una supervisión efectiva que garantice la fortaleza en nuestro Sistema Bancario, estoy seguro que será posible detonar toda la capacidad que tiene para ser palanca de desarrollo económico.
Hoy México tiene todo para entrar en una buena racha, de todos nosotros depende que los siguientes años sean de crecimiento económico sostenido, que se traduzcan en desarrollo y en generación de empleos en todas las zonas del país.
De todos nosotros depende que este crecimiento económico se traduzca en bienestar social, en jóvenes más educados, en familias más sanas, mejor alimentadas y con mayores oportunidades.
Y estoy convencido de que esto puede lograrse sí y sólo si el Sistema Bancario Nacional funciona como debe funcionar, si presta como debe prestar y si llega a todos los lugares a los que debe llegar, porque el México hoy, después de mucho trabajo, juntos, la Banca es la solución y no el problema.
Muchas gracias.
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